“SOMOS RELIGIOSAS ENVIADAS A VIVIR EL EVANGELIO EN EL CORAZÓN DEL MUNDO DE HOY”
La congregación de Hermanas de Santa Cruz, fundada en 1841 en LeMans, Francia por el Beato Basilio Antonio Moreau.
Hoy en día, inspirada por la orientación apostólica de nuestros orígenes, abrazamos el legado espiritual de vivir las enseñanzas de Jesús en todas las formas de nuestros servicios.
Nos comprometemos a la obra de resurrección. Misionera desde nuestra llamada nos lleva a construir comunidad en diferentes lugares y continentes donde servimos en las dimensiones de nuestra Internacionalidad y Multiculturalidad de ser Hermanas de Santa Cruz.
CARISMA
Nuestro carisma ha brotado a partir del camino original que emprendió el beato Basilio Moreau, nuestro fundador, para vivir el evangelio, camino que tomó forma en: Su fervor en la búsqueda de espacios para encontrar a Dios e identificarse con Jesús totalmente entregado por amor al Padre y por la liberación de la humanidad; su audacia por la misión ahí donde hay más necesidad y su insistencia para que el amor una muy profundamente a los miembros de la Congregación y que ésta pueda volverse «un solo corazón y una sola alma» al servicio del Reino de Dios.
ESPIRITUALIDAD
Somos motivadas por una espiritualidad apostólica que nos empuja:
– a reconocer y contemplar a Dios presente en nosotras, la comunidad, el planeta y el cosmos,
– a identificarnos con Jesús Liberador por su Cruz y Resurrección,
– a ser, en la Iglesia y la sociedad, místicas y profetas a la manera de Jesús.
Nuestra vida en oración
«Para ser apóstoles según su vocación, sean primero personas de oración» (Basilio Moreau). La oración de las Hermanas de Santa Cruz, está en el corazón de la relación de intimidad a la que Dios nos invita en la vida religiosa. Consiste en mirar a Dios, escuchar a Dios y cooperar a la voluntad de Dios siguiendo a Jesucristo.
Nuestra vida en comunidad
El espíritu de comunidad propuesto por el P. Moreau a las Hermanas de Santa Cruz es un espíritu de unión. La felicidad de la vida de comunidad está ligada a la calidad de sus lazos fraternos. La unión de corazones se edifica y se expresa por la actitud de confianza y de apertura de cada una, por los gestos de amistad, de reconocimiento y de perdón.