Nuestros inicios en América Latina

Nuestros Inicios en América Latina

El 13 de Abril de 1987 las Hermanas de Santa Cruz Liette Finnerty, Francoise Savoie y Margarite Gravel llegaron al Perú. Se quedaron unos meses en Lima para aprender el castellano y luego fueron a trabajar a Puno. Continuando con el espíritu de familia que heredaron del P. Basilio Moreau, llegaron para trabajar en colaboración con los Padres de Santa Cruz en el altiplano.

En octubre de ese mismo año llegó Marie Pilon, para unirse en la labor que las hermanas realizaban en Puno. Margarita Gravel regresó a Lima ya que el clima de Puno no favorecía su salud. Es así como se abrió la misión en San Juan de Lurigancho. Luego llegarían otras hermanas de Canadá y los Estados Unidos.

En Marzo de 1998 se inició la misión en Santiago de Chile, respondiendo a la invitación de los padres de Santa Cruz de Chile. Las hermanas empezaron a colaborar en la Parroquia de Andacollo, en un hogar para niños y en los colegios que los padres y hermanos dirigen en Santiago.

Sabiendo de la migración de personas del altiplano a la costa del Perú, en marzo de 2000 se inició la misión en Tacna para continuar acompañándolos. Empezaron su trabajo en la pastoral parroquial y en visitas a las familias.

Ya que una hermana CSC estuvo desde hace 12 años trabajando en el Instituto Ecuménico de Investigación en San José de Costa Rica, en abril del 2004 se abrió una casa de estudios para las hermanas en formación.

De 1987 a 2007 las Hermanas de Santa Cruz han sido bendecidas con vocaciones propias del lugar. Varias de ellas están trabajando en los lugares de inserción y otras cursan estudios de formación profesional.