Yo quiero testimoniar c�mo el Se�or fue el Buen Pastor para m� (su peque�a ovejita) y darle gracias.
Desde mi nacimiento he sobrevivido milagrosamente en mi ni�ez. Los seis hermanos que me antecedieron murieron a causa de enfermedades. No fue as� conmigo, gracias a Dios. Mi mam� estaba llena de ternura y sol�a rezar continuamente. Mi pap� era muy bueno pero severo a veces, no sab�a castigar a la ni�ita. Le gustaba leer el evangelio y compartirlo con nosotras, hasta la m�s peque�a pod�a decir lo que pensaba.
Viv�amos en un peque�o terreno cercado en el bosque y un bonito lago. Todo eso para hacer so�ar a la peque�a Raquel.
Mi escuela estaba lejos de la casa, a una distancia de tres Km. y yo deb�a caminar siempre. Esto me ayud� a que durante toda mi vida me haya sido f�cil caminar. Todo estaba previsto en los designios de Dios.
En los a�os 1931 hasta 1948 la pobreza reinaba en Canad� a causa de una crisis econ�mica. Mi padre perdi� todo, tierra, casa, animales, etc.
Entonces mi infancia y adolescencia se pas� en una situaci�n de gran pobreza. Aquella pobreza de pasado me ayud� mucho a entender las dificultades de los barrios pobres y descubrir el valor de los que luchan por la vida.
El Buen Pastor me hab�a preparado a vivir feliz en medio de su pueblo empobrecido.
Mi vocaci�n viene del Evangelio compartido y de la compasi�n de Cristo, pastor verdadero frente al reba�o abandonado y sin nadie para anunciar la Buena Nueva a los pobres.
A veces no quer�a escuchar su llamada y estaba sorda, ten�a miedo. Pero la paciencia de Dios que fue tan grande, por fin escuch� y entr� a Santa Cruz con el deseo de ser misionera. Esperaba ir en las regiones de los esquimales pero el Buen Pastor me gui� a Hait�.
Descubr� r�pidamente cuanto este lugar respond�a a mis deseos m�s hondos sembrados por el maestro. La felicidad que he vivido con este pueblo tan empobrecido y a la vez con tanto coraje. Pueblo con el hambre de Dios y de su Palabra. Pas� 26 a�os all�, pero a causa de una revoluci�n pol�tica deb�a dejar con muchas l�grimas el pa�s.
Luego fue un tiempo a Brasil y despu�s al Per�. Qu� buen lugar me esperaba con los m�s necesitados de Canto Grande. Qu� buenas experiencias he vivido con ellos. Actualmente vivo con los inmigrantes de la sierra que llegan a Tacna para buscar trabajo y viven bajo las esteras en la pampa des�rticas.
Lo que yo noto es que este buen pastor sabe muy bien lo mejor que quiere para cada uno y siempre nos precede y acompa�a. Tengamos confianza en �l, pues nos am� primero.