«¡Alaben al Señor en todas las naciones,
y festéjenlo todos los pueblos!
Pues su amor hacia nosotros es muy grande,
y la lealtad del Señor es para siempre».
Salmos 117
Este salmo resume la acción de Dios en mi vida, durante mi infancia y hasta el día de hoy. Dios se mueve en cada uno(a) de nosotros(as) revelándose a través de su amor, su misericordia, su fidelidad.
Hoy, ante todo lo que Él es para mí y ha hecho por mí, tengo el gusto de cantarle mi canto de alabanza.
¡Alabado seas por haberme dado la vida!
¡Alabado seas por el amor de mis padres!
¡Alabado seas por mis hermanos y mis hermanas!
¡Alabado seas por la amistad!
¡Alabado seas por la belleza de la creación!
¡Alabado seas por la majestad del cosmos!
¡Alabado seas por el esplendor de los cielos!
¡Alabado seas por las aves que cantan!
¡Alabado seas por las flores y los colores!
¡Alabado seas por el mar y por todo lo que contiene!
¡Alabado seas por el sol y la lluvia!
¡Alabado seas por los seres humanos que fueron hechos a tu imagen y semejanza!
¡Alabado seas por la alegría y la salud!
¡Alabado seas por tu presencia durante el sufrimiento!
¡Alabado seas por la muerte que nos permite encontrarte y alabarte eternamente!
Señor, eres tu quien me ha creado, quien me ha formado, quien ha entretejido mi vida desde el seno de mi madre.
¡Señor, tú me conoces; Señor tú me amas!
Señor, tú me dices: «No temas, porque yo te he rescatado;
te he llamado por tu nombre, ¡tú eres mía!» Isaías. 43
¡Gracias Señor por estar en mi vida!
Gracias a todos y todas ustedes que me han amado, sostenido, guiado y compañado
¡Que me han ayudado a volverme la mujer que el Creador había soñado de toda eternidad!
Quisiera recoger a todos en mis brazos, abrazarlos y decirles:
«Los amo. ¡Nos encontraremos en el cielo!
Es un extracto del testimonio de la Hna. Maria Castillo CSC.
María encontró a Dios cara a cara al alba del domingo 4 de marzo de 2012, en la festividad de la Transfiguración.